viernes, 17 de abril de 2015

El 13 de abril, es día grande, es el día del Maestro Ecuatoriano. En las figuras excelsas de Juan Montalvo, González Suárez y Luís Felipe Borja, los tres grandes maestros como por antonomasia se les llama, se rinde pleito homenaje, al forjador, al conductor de la niñez y la juventud ecuatorianas.
En verdad, en estas cuartillas que escribimos en homenaje al maestro, no queremos incidir en un lugar común, en una exaltación romántica, en un ditirambo almibarado, en una fraseología engolada que cada vez tiene menor valor por su falta de sinceridad y lo que es más grave no responde a la realidad de los hechos. Porque si hemos de afirmar que los auténticos, los verdaderos maestros se merecen nuestro eterno reconocimiento y admiración, tampoco se puede soslayar que algunos se incorporan al magisterio sin la mística, sin la vocación ni entrega que se requiere para tan arduo y difícil apostolado.

"Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos."

"Para exigir hay que dar, para pedir conocimientos hay que ser buen maestro."

"El maestro deja una huella para la eternidad; nunca puede decir cuando se detiene su influencia."

No es mejor maestro el que sabe más, sino el que mejor enseña”.

“Un profesor es el que te enseña, un maestro es del que aprendes”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 










viernes, 10 de abril de 2015




La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.